Evoluciones
¿Qué queda tras comprenderlo? Nada. Nada permanece vivo cuando has mirado al abismo a los ojos. No hay vuelta atrás cuando comprendes que sólo eres una mota, como el resto, pero una mota del cáncer más virulento: la tristeza. Nada queda, una vez definido así. Ahora eres una célula suicida con una misión: contagiar de esa actitud al resto de células sanas de un sistema. O eso creen ellas. Es entonces cuando quedas encerrado en una espiral de crecimiento irrefrenable, abandonas tu forma de célula cancerosa para evolucionar en tu siguiente estado: ahora eres un mosquito. Una sanguijuela casi imperceptible a la vista que parece dedicar su frágil vida a sorber la alegría ajena, así te definen. No eres más que un parásito que se alimenta de la felicidad ajena y sólo deja un páramo de incomodidad, a su paso. O eso creen, los de fuera. Una vez cruzada la frontera, ten por seguro que no volverás. Tu na...